Al romperse una pareja, la finalización de una relación, implica y genera un proceso de duelo. Eso es tomarse un tiempo para permitirse sentir y para reflexionar sobre lo que ha pasado. El duelo es el proceso de elaboración de la pérdida mediante el cual se acepta y se asimila la situación dolorosa para poder adaptarse tanto interna como externamente a la nueva realidad.
Hay veces que por miedo a la soledad, por baja autoestima, por necesidad de sentirse querido o por necesitar el espejo de una pareja para verse a uno mismo, se inicia una nueva relación para mitigar, de forma consciente o inconsciente, el vacío que deja la separación. Se busca una vía para no afrontar el dolor de la pérdida de forma que el objetivo es evitar sentir el vacío, de tal forma que no se empieza o se interrumpe el proceso de duelo.
Dar tiempo al tiempo, no precipitarse, es importante para conseguir que la autoestima y la estabilidad emocional estén fuertes otra vez. Si se inicia una relación de pareja para no pasar en soledad las etapas posteriores a la ruptura, no se parte de la situación ideal. Entonces, para no intentar llenar el malestar emocional con otras relaciones, es recomendable primero conseguir la plenitud y satisfacción personal des de la autonomía.
by